17.03.23
12:30h
Sala Joaquín Víctor Gonzalez, 1º piso
Edificio de Presidencia UNLP. Avenida 7 nº776

 

En el marco de la Semana Feminista de la Universidad Nacional de La Plata (UNLP) el viernes 17.03.23 a las 12:30h se colocará el rótulo a la pintura Figuras (1953) de la artista Maruja Zapata emplazada en la sala Joaquín Víctor González del edifico de Presidencia de la UNLP. La identificación de la pieza es resultado del primer tramo de relevamiento de bienes artísticos y culturales de la UNLP, que durante septiembre de 2022 a marzo de 2023 fue desarrollado por Luis Manuel Ferreyra Ortíz, Ana Julia Gutiérrez, Carla Reverón, Alondra Miño y Paula San Cristóbal.

Ficha técnica de la obra

 

Figuras Maruja Zapata (1953)

Figuras es una obra de la artista Maruja Zapata de quien poca información se tiene. Nacida en Buenos Aires en 1937, residió en la localidad de Avellaneda y se formó en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, en la Escuela Nacional de Bellas Artes Prilidiano Pueyrredón y en la Escuela Superior de Bellas Artes de La Plata. Realizó distintas exposiciones colectivas y participó de concursos en los que obtuvo premios y menciones, siendo un momento importante en su carrera al consagrarse como la ganadora del concurso por el diseño del escudo de la localidad de Avellaneda el 5 de noviembre de 1953, dentro de un total de 21 participantes, la única mujer.

En cuanto a la obra, el título nos ofrece pocas pistas acerca de la temática tratada, pero podemos sospechar que más allá de dos figuras humanas, se representa a dos niños. Uno observa al otro y el segundo parece dirigir la mirada al espectador. Están descalzos, llevan pantalones cortos y parecen encontrarse en un espacio exterior ¿se trata de un espacio urbano? Aquellos picos que divisamos en un último plano sobre la izquierda ¿son montañas o la morada de los trabajadores de un barrio industrial? Los pequeños objetos ubicados en el suelo y en las manos de una de las figuras ¿son latas vacías o caracolas de un mar cercano? Como en los juegos de niños, podría tratarse de una u otra opción con sólo imaginarlo. Pero cuando nos detenemos en la mirada, la gestualidad, la posición que adoptan estos cuerpos, cierta inquietud nos atrapa y rompe con toda idea estereotipada de la infancia.

Por la presencia de algunos rasgos formales que se aprecian en la obra, como el uso de la línea, la geometrización de las figuras, la generación de diferentes planos de color y el aspecto planimétrico de la composición, podemos reconocer que Maruja Zapata estuvo al tanto de los distintos movimientos que trajo la modernidad artística. Sin embargo, queda claro que la artista adoptó de modo personal y creativo estas innovaciones en el repertorio plástico y logró plasmarlas, con sensibilidad, en temáticas cercanas a su entorno.

Durante un tiempo, la autoría de esta obra se le adjudicó a un artista hombre ¿casualidad?, puede que sí, aunque en realidad esta situación no es novedosa para las mujeres en el arte, ya que si bien este se ha valido y se vale de la imagen y figura de la mujer, ya sea como inspiración en los procesos creativos o como modelo de estos mismos, no sucede igual a la hora de incluirlas en su repertorio como productoras. En este sentido, si pensamos en una historiografía del arte que se preguntó sobre el rol de las mujeres artistas, encontramos hacia los años 70 los escritos de Linda Nochlin en su artículo titulado “¿Por qué no ha habido grandes mujeres artistas?”, y ya hacia los años 90 las discusiones sobre la teoría de género en los estudios sobre arte y representación en América Latina establecían planteamientos tales como ¿Existe un arte “de mujeres”? ¿Puede hablarse de específicas características femeninas y masculinas que permiten establecer corpus diferenciados en las producciones artísticas? entre otras preguntas que activaron un campo conflictivo en el debate estético.

Actualmente no podemos sostener con certeza que exista un arte de mujeres ni siquiera que haya un modo femenino de hacer arte, pero sí que la historia se ha encargado de invisibilizarlas, motivo por el cual esta obra hoy se emplaza en una de las salas principales del edificio del Rectorado, pasando a ser así mismo, la primera obra de arte presentada y rotulada.

Ana Julia Gutiérrez, Carla Reverón, Alondra Miño y Paula San Cristóbal