Sala B
Inauguración: 26 de mayo a las 19h
Del 26 de mayo al 22 de junio
Curadora: Jimena Ferreiro
“y ustedes por qué
son Escultores.
Porque gustan de abrazar.
Los pintores y dibujantes
gustan de la propaganda
en la Imagen.
¿Y los escritores? Son Escultores”
Claudia del Río (1)
Fernanda Laguna contó alguna vez que descubrió la poesía frente a la afluencia de imágenes que llegaban muy rápido a su cabeza “como un caballo volador”. Si el reto era llevarlas a la tela, esas imágenes “quedaban muy duras” (2).
Así fue como la escritura representó un atajo para entrar en contacto con la materia expresiva a través de las infinitas posibilidades que ofrece la combinatoria de las palabras y la imaginación. Y esa combinatoria dio por resultado sus primeros poemas promediando la década del 90.
Claudia del Río suele decir que los escritores son “escultores” (3) porque modelan con palabras y construyen arquitecturas que corporizan los usos del lenguaje escrito y sus capacidades expresivas.
En esta escena contemporánea de correspondencias trazadas entre la imagen y la palabra, las antiguas instalaciones de la biblioteca de la Facultad de Humanidades –hoy transformadas en las salas del Centro Universitario de arte– se convirtieron en una nueva locación para desplegar la producción de un conjunto de artistas de diferentes generaciones y tradiciones intelectuales cuyas obras poseen una doble inscripción: visual y literaria.
Lxs artistxs-escritorxs ocupan el centro de este proyecto a través de la producción de textos hechos de imágenes y palabras, plásticos y poéticos a la vez, inéditos y publicados, que se abren como senderos paralelos que en algún punto se tocan nuevamente. Y es la existencia de estos textos la que nos permite imaginar un mundo de libros y bibliotecas.
Un “vendaval de publicaciones” (4) de artistas tradicionalmente vinculados al campo de las artes visuales buscan saltar la barrera del campo específico en pos de nuevos circuitos donde habitar otros tiempos y otros usos. El tiempo de los lectores, la larga vida de los libros y los encuentros que provocan la palabra y el habla compartida.
Un museo como una novela eterna es una puesta en escena de ciertas estrategias productivas que ocupan las ficciones literarias y que descongestionan la escritura de sus modos más burocráticos y rutinarios. Lejos de los formularios, de las presentaciones, aplicaciones y esos otros usos más protocolizados con los cuales los artistas visuales están cada vez más familiarizados; esta exposición quiere convertirse en la autoafirmación de la fantasía y la imaginación frente a la burocracia.
Ante los discursos artísticos que procuran volver la obra enteramente inteligible y comunicable, promovemos la autonomía y la opacidad de la poiesis frente al rigor y la claridad del statement, y la escritura como materialidad expresiva que permita vincular las diferentes órbitas de la obra de estos artistxs por medio de un sistema de correspondencias amplio y poco ortodoxo.
Buscamos movilizar algunas ideas poéticas que nos ayuden a comprender las razones por las cuales lxs artistxs escriben, cómo lo hacen y por qué. Y para ello invocamos la imagen de la “biblioteca fantasma” para montar esta nueva ficción que refrasea en su título la novela de Macedonio Fernández (5), y que convierte a este espacio en un collage de registros visuales, escritos, en movimiento y orales, en busca de un tiempo que supere la imagen, su aparente transparencia y objetividad.
Como una novela inconclusa e infinita, esta exposición recorre las páginas del dibujo al texto, del lápiz a la tinta, de la mano a la máquina, del sonido al silencio, como un sistema de migraciones y relevos mutuos que permite la vida paralela de estos mundos artísticos. Más que orbitar como planetas solitarios, la escritura y la construcción de imágenes parecen fusionarse en una gran argamasa indisoluble y sedimentada hace tiempo por capas y capas de trabajo artístico laborioso, sensible y silencioso que vivirá eternamente en nuestras bibliotecas.
Jimena Ferreiro
Artistas: Amadeo Azar, Rö Barragán/Ilusión gráfica & Julieta de Marziani, Marcela Cabutti, Paula Castro, Silvia Gurfein, Guillermo Iuso, Roberto Jacoby, Fabio Kacero, Fernanda Laguna, Martín Legón, Nicolás Martella, Paula Massarutti, Leticia Obeid, Micaela Piñero & Las Pibas, Santiago Poggio, Milagros Rojas, Julián Sorter, Alejandra Urresti.
Notas:
(1) Claudia del Río, Litoral y cocacola, Rosario, Iván Rosado, 2012.
(2) Inés Katzenstein; “Fernanda Laguna. Central desde los márgenes”, en Otra Parte, n° 28, otoño-invierno, 2013.
(3) Claudia del Río, Ikebana política, Iván Rosado, Rosario, 2016.
(4) La metáfora corresponde al artículo que Gonzalo León publicó sobre el tema en el Diario Perfil (“El arte toma la palabra”, 29 de enero de 2017).
(5) En 1967 Macedonio Fernández publicó su novela Museo de la novela eterna por el Centro Editor de América Latina.
Jimena Ferreiro. Curadora independiente e investigadora. Obtuvo una maestría en Curaduría en Artes Visuales por la Universidad Nacional de Tres de Febrero (UNTREF). Desde 2002 colabora en diferentes instituciones culturales y museísticas de la Argentina como el Centro Cultural Recoleta, y el Museo de Arte Moderno de Buenos Aires (MAMBA), donde se desempeñó como coordinadora del Departamento de Curaduría y curadora de las exposiciones Graciela Hasper. Gramática del color (junto con Victoria Noorthoorn), Sebastián Gordín. Un extraño efecto en el cielo (junto con Rafael Cippolini y Victoria Noorthoorn), El teatro de la pintura. Artistas argentinos en diálogo con Sonia Delaunay y Edgardo Antonio Vigo. Usina permanente de caos creativo. Obras 1953-1997 (junto con Sofía Dourron).
Ha recibido becas, subsidios y distinciones de la UNLP, Fundación Telefónica de Buenos Aires, UNTREF, Fondo Nacional de las Artes, Fondo Metropolitano de la Cultura, las Artes y la Ciencia, Bienalsur, entre otros.
En su trabajo como curadora independiente se destacan las exposiciones: El mundo cabe en una obra, Galería Marta Traba, Memorial de América Latina, San Pablo, 2017; Dórico, jónico, corintio. La historia del arte después del derrumbe de la norma, Fundación Klemm, Buenos Aires, 2016; Pintura ad hoc, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2012; Sabotaje en el MACRO, Castagnino+Macro, Rosario, 2011; Eugenia Calvo. La última región, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2011; Paraconstrucción, Fundación Banco Itaú, Buenos Aires, 2010; Todo lo que no es casa es intemperie. Sobre el caso de algunos artistas jóvenes en La Plata, Fondo Nacional de las Artes, Buenos Aires, 2007, entre otras.
Es profesora en la Universidad Nacional de La Plata y del Museo Social Argentino, y se desempeñó como profesora invitada en la Universidad Torcuato de Di Tella, y en programas de Formación para artistas y curadores en CIA (Centro de Investigaciones Artísticas), en el Centro Cultural Recoleta, entre otros.