Miércoles 30.11.22 al sábado 17.12.22
14:00 a 19:00h
Sala D

 

El Centro de Arte presenta El sueño se convertirá en barro, proyecto de Estefanía Santiago. En esta instancia, el proyecto se propone como una instalación visual y sonora en colaboración con la artista correntina Julia Rossetti emplazado en la sala D del Centro de Arte.

 

No es un ombú, ese ese ombú[1], son todos los ombúes
Por Daniela Ruiz Moreno

El sueño se convertirá en barro es una investigación artística en la que Estefanía Santiago involucra una multiplicidad de complicidades y memorias. Un trabajo que en todas sus materializaciones mantiene una constante: la certeza de la falta.

La reiteración del traslado y desplazamiento forzado de un pueblo llamado Mandisoví (luego Federación, en la actual provincia de Entre Ríos) motiva la búsqueda de un punto de origen que en esta historia toma la forma de un ombú. La necesidad de esa búsqueda se volvió a despertar en la artista en un momento de encierro obligatorio –el del confinamiento a causa de la pandemia del Covid-19 en el 2020–, como si ese estatismo hubiera provocado la vibración y consecuente reactivación de otras memorias no resueltas y en estado de latencia. Esta investigación fue condensada en un libro recientemente publicado. Pero previamente, durante el proceso de edición de éste, Estefanía generó varios momentos de acercamiento a los textos que lo conforman. Desde acciones en el espacio público en Lavapiés (barrio en el que reside en Madrid) hasta exposiciones en centros culturales de la misma ciudad en las que se presentaron fragmentos del libro junto a elementos claves de la investigación. En ese proceso continuó sumando capas al trabajo, pero desde la lejanía con el territorio.

En esta instancia en el Centro de Arte de la UNLP accedemos a este proyecto desde la pieza de sonido Presencias apuntaladas de Julia Rossetti y a través de Acción de plantar un ombú realizada por Estefanía y su madre durante estos años de investigación colectiva. El intercambio constante entre estas dos obras genera un ritmo que se balancea entre la alusión y la afirmación. Por un lado, el trabajo de Julia habilita un recorrido temporal amplio y movimientos por paisajes aparentemente vastos pero que vienen dados por la especificidad histórica de este territorio. Es una pieza que nos permite volver a cohabitar con la multiplicidad de presencias y huellas que lo han construido pero que han sido ausentadas. Esta dinámica de envolvimiento integral de nuestro cuerpo es respondida por el video en el que Estefanía y su madre plantan un ombú joven en el territorio y vuelven a marcar la localización de Mandisoví. Una acción realizada hace ya dos años que, junto a muchas otras que Estefanía realizó con los habitantes de la ahora llamada Nueva Federación, conforman un gesto de afirmación de un pasado que está presente.

El libro y la articulación de todos estos relatos con los que Estefanía dialoga en cada una de sus acciones, decimos –en conversaciones que la artista y yo hemos tenido– conforman una invocación. Invocar significa llamar a un poder superior para pedir protección. Pero, ¿de qué nos protege ese ombú ancestral o este joven ombú que marcan la localización original de Mandisoví? o, ¿de qué busca protegerse Estefanía?, ¿del olvido, del desarraigo?

Sí, y repetimos, la búsqueda del ombú de Mandisoví esboza la complejidad de la conformación de los Estados Nación del territorio sudamericano, es una invocación en contra del olvido de ese pasado. Por supuesto, pero también es un señalamiento de las tensiones que continúan vigentes. Tensiones y amenazas en contra de la vida que fueron tomando otras formas, ya no son solo los procesos de evangelización o “reducción”, o las guerras civiles o con los países vecinos. Quizás la invocación de ese ombú, ausente, es también un deseo de protección de la tierra –fumigada– que aún permanece, y de sus habitantes en convivencia con modelos productivos y políticas de Estado extractivistas que también permanecen.

 

[1]  El título toma la forma del libro No es un río de la autora Selva Almada (Entre Ríos, Argentina), libro que me regaló Estefanía.