Acceso al PDF: El tiempo después. Obras, escritos y archivos
El tiempo después reúne los textos de once obras de teatro de Beatriz Catani, escritos breves, archivos y documentos diversos que involucran también la mirada de algunas personas que participaron o fueron público de esas producciones entre 1998 y la actualidad. Por lo cual su publicación constituye un complemento necesario para el Proyecto Atlas (de) las obras perdidas.
La pregunta por la recuperación de un texto, por sus actualizaciones posibles, dice Beatriz Catani, nos impulsa -como en otros de los archivos presentados- a reflexionar sobre las huellas del acontecimiento, lo que no está y se invoca, ahora, en la escritura. En este caso, la convergencia y entrecruzamiento de tiempos, la pluralidad de voces, nos incita a pensar nuevos modos de lectura. Leer a los saltos, precisamente a la manera de un atlas, leer todo dispersamente como decía Macedonio Fernández.
Compartimos el prólogo y el texto en contratapa.
PRÓLOGO
Los textos incluidos en este volumen son, en su mayoría, producto de un trabajo conjunto de escritura y exploraciones escénicas a lo largo de estos años. Los primeros desde una estructura más teatral que fue deviniendo después en ensambles, dispositivos y montajes. Un trabajo en la búsqueda de una forma escénica.
En esas circunstancias valoré siempre más que un entendimiento totalizador —por otro lado, ilusorio—, las comprensiones sensibles y en consecuencia los mapas propios y singulares de acercamiento. Percibir una obra —durante el tiempo de su desarrollo— de modo similar a la contemplación de una pintura. Por eso me gusta pensar que hay tantas obras como público, tantas obras como personas que asisten a una presentación.
Ahora que estos textos se publican los estímulos varían, ya no están los propuestos por la obra – cuerpos, músicas, imágenes-sino que aparecen otros, el tiempo propio de la lectura y las decisiones de quien lee para saltar, volver, repetir, relacionar según su disposición. La apropiación como la condición de su funcionamiento.
En estas nuevas relaciones y en esos modos de leer con autonomía, de leer entre líneas, de leer a los saltos, de conformar un texto como un río, un viaje, una aventura, de leer todo dispersamente como decía Macedonio Fernández, es donde se produce la recuperación de una posibilidad del texto y donde se afirma esta publicación.
A su vez, desde el año 2019 estoy trabajando en el Proyecto Atlas (de) las obras perdidas, un ejercicio de memoria —que involucra a artistas, equipos, allegados y público de obras de teatro ya realizadas—, para repensar hechos y circunstancias del presente, en diálogo a su vez con otras producciones y otrxs artistxs. ¿Puede la memoria de una obra darnos una comprensión nueva, diferente y hasta más verdadera de nuestra vida y nuestro tiempo? Esta es de alguna manera la pregunta que nos impulsa.
En una charla con Carlos Pacheco, durante el aislamiento, surgió la posibilidad de una publicación que reúna gran parte de mi producción. Me pareció entonces que, en su vinculación con el Proyecto Atlas, esta alternativa adquiría una dimensión nueva, resultando un acompañamiento esencial.
Desde entonces nos pusimos a trabajar. Mientras seleccionaba y revisaba textos—y pensaba una introducción que intentara situar cada obra—, invité a artistxs cercanxs a lo largo de estos años para que inscriban su memoria con un texto propio. Integran entonces este volumen junto a las obras seleccionadas, imágenes, datos de las puestas de cada una y los escritos mencionados. En el caso de Cuerpos Abanderados, se incorpora también una versión digital del archivo.
Ya en los inicios del Proyecto Atlas pensaba en el tiempo después de las obras. En la exploración del tiempo post funciones, no como una falta (un vacío que sobreviene a un momento vital) sino como una búsqueda deliberada de un reflejo fértil. Y ahora mientras escribía, leía y releía textos, pensaba otra vez en el tiempo después, en la forma en que esos comentarios (reescrituras y nuevas lecturas) se iban infiltrando en los textos como una abreviatura de tiempo, una superposición, una confluencia también de miradas diversas. De algún modo esta actualización permanente, esta revelación íntima de un texto en diferentes tiempos y personas va generando nuevas memorias.
Escribo también este prólogo con el deseo de que estos textos se lean de ese modo, una orientación en el atlas de las memorias de las obras y un intento de salvar algo de ellas en el tiempo después.
Gracias Carlos y al Instituto Nacional de Teatro por esta publicación.
Gracias Alejandro, Luis, Fernanda, Carlos, Horacio, Juan, Germán, Alejandra, Ariel, Gabriela y José, amigxs y referentxs, por sus escritos y el acompañamiento durante estos años.
Gracias Óscar por el ejercicio de reflexión —análisis y a su vez invención— sobre los modos de leer las obras hoy.
Y un profundo agradecimiento a quienes de tantas maneras han sido parte de estas creaciones y de mi vida.
Beatriz Catani
CONTRATAPA
Un volumen como este, en el que se recogen obras que se han ido haciendo a lo largo de veinte años, desde finales de los años 90 hasta la actualidad, nos confronta inevitablemente con el problema del tiempo, el tiempo en el que se escribieron y realizaron escénicamente, inscrito de algún modo en los propios textos, el presente en el que estamos y lo que ha ocurrido entre medias. En el caso del teatro, donde la inmediatez de las acciones y la fugacidad del tiempo son elementos constitutivos, estas preguntas adquieren mayor pertinencia. Lo que ha pasado, lo que está pasando y lo que queda entre medias. El modo de leer estos textos, intepretarlos, utilizarlos o llevarlos a escena se deriva de esta encrucijada de tiempos y la manera de asumir y situarnos en este lugar entre medias.
Lo que demandan estos textos no es una interpretación o puesta en escena que trate de agotar su sentido como obra, sino su tratamiento como documentos, en el sentido que le daba Benjamin a estos, con el fin de recorrerlos con el tacto de la mirada, de palpar la figura cambiante de estas diseminaciones enigmáticas, dispuestos a perdernos en sus huecos, viajar con las imágenes, escuchar los vacíos.
Óscar Cornago